
Se trata de unos jardines construidos por una pareja pudiente de la zona que comenzó su fortuna embotellando para Coca-Cola a principios del siglo pasado.
A futuros visitantes les recomiendo que se abriguen bien porque hace un frio importante y también si van con niños pequeños traer carrito o remolque porque viene muy bien si los críos se cansan, allí mismo alquilan unos por 6 dólares que te hacen el apaño.
Hay cantidad de diferentes ambientes, este año se han iniciado las renovaciones del luminario para adaptarlo a las nuevas tecnologías y están sustituyendo muchas de las luces por LEDs que dan más luz y gastan mucho menos que las tradicionales lamparillas navideñas.
El precio no es caro y Sophia (3 años) entró gratis, además recomiendo tomarse un chocolate (no espeso como el de Madrid sino más bien un Colacao) para completar la experiencia y combatir el frío, se puede ir a última hora de un domingo (sobre las 20horas) y ahorrarse la multitud.

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