Pues ya estamos aquí. Después de todas las peripecias que hemos pasado, los preparativos y las despedidas, por fin hemos llegado al inicio de nuestra aventura americana.
El viaje transcurrió sin ninguna complicación y eso que hubo varios amagos, como cuando entre en el área de inmigración del aeropuerto de Washington y pensé que nos quedábamos allí como Tom Hanks en La Terminal. Al final y en un tiempo record conseguimos tramitar mi visado, pasar la aduana, dos controles de seguridad, sacar las tarjetas de embarque y llegar a tiempo a nuestro vuelo a New Orleans. Todo esto en dos horas y con Ethan corriendo conmigo a pesar de que para nuestros cuerpos eran poco más de las 4 de la mañana.
El reencuentro con las chicas fue especial, ninguno sabíamos a dónde acudir, queríamos abrazarnos y besarnos unos a otros entre las cien maletas que nos rodeaban. Como ya era tarde nos quedamos a pasar la noche en un hotel y a la mañana siguiente salir hacía nuestro nuevo hogar.
Un nuevo hogar acogedor y confortable, con todas las comodidades de una casa moderna y espacio más que suficiente para mi paladar de urbanita madrileño. Todos tenemos habitación, los niños tienen además una sólo para jugar, la tele no cabe en el salón de lo grande que es (un modelo antiguo de 45 pulgadas cortesía de mis suegros que nos viene al pelo) y el jardín tiene más césped todas las áreas infantiles de Usera juntas (un decir).
Para finalizar una anécdota curiosa, hoy he conocido a mi vecino Mr. Benny. Se ha presentado para saludarnos y ofrecernos su hospitalidad y … sus pepinos. Si, sus pepinos, resulta que el señor BEnnie tiene una pequeña huerta en su jardín y nos ha traído unos pepinos, un melón dulce y algo llamado okra, una verdura propia del sur de los Estados Unidos que cocinaremos en los próximos días al estilo tradicional. Los ofrecimientos de Mr. Benny no se han quedado en el ámbito de la horticultura, también ha dicho que me ayudará con las labores de jardinería y poda, y que si algún día hay algún problema el tiene una escopeta y llega antes que la policía… Ahí es nada, pedazo de vecino del que estoy seguro os escribiré más aventuras en las próximas semanas.
Como veis hemos comenzado con buen pie, todo el mundo está sano y los cimientos de la nueva aventura parecen sólidos. Aprovecho para mandar un abrazo a todos aquellos de los que por unas cosas u otras no llegue a despedirme, cuidaros mucho.
Posdata: Acabo de recibir la nota de mi última clase, otra A(sobresaliente) :-)
miércoles, 29 de julio de 2009
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2 comentarios:
Javi!!!!!!!! Menudas cosas dices, llevo llorando un rato como una niña!!!!
Me/nos alegramos de que todo vaya bien.
Menuda suerte tienen tus vecinos al encontrarse con una familia así.
Ale!!!!! Sigue escribiendo que prometo hacer comentarios.
Ciao
Yo espero haceros más reir que llorar pero me alegra que nos sigais a través del blog.
Ciao guapa
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