
Velada en casa de los Bexleys aunque debido a coincidencia de agenda con una fiesta de Mardi Gras sólo estuvimos los Bexley y nosotros. Mención especial el arroz y judías verdes cocinados en el wok y las típicas alitas de pollo picantes que cocinó mi amigo, deliciosa cena.
En esta ocasión no fui capaz de animar por los Colts para evitar el gafe y desde el principio apoyé a los Saints. Curiosamente no fue hasta que nos marchamos a casa y deje de ver el partido que dieron el espaldarazo definitivo en el marcador. Pero aún así diré en mi defensa que en mi año en LA, los equipos de hockey, baseball y fútbol (el de toda la vida) ganaron la liga, no así los Lakers que perdieron con San Antonio con aquel equipo de los 4 Fantásticos -O'neal, Bryant, Malon y Payton – y que este año Alabama ganó el título de fútbol americano universitario y los Saints (que son de Lousinana pero es el equipo profesional preferido de la gente de por aquí) se ha llevado la Super Bowl por primera vez en su historia.
MVP para Drew Brees, el 9 de los Saints que se impuso claramente al Quaterback de los Colts y legendario jugador Payton Manning.
Por último reseñar que la fiesta en New Orleans fue de las que hacen época, si le añades que estamos en pleno Mardi Gras imáginaos como lo pasó la gente, además se veía como una oportunidad para redimirse por lo del Katrina. Sé que los menos aficionados al deporte lo verán como una tontería, lo del pan y circo y todo aquello, y posiblemente no les falte razón. Lo que es cierto es que acertadamente o no, en los días en que vivimos mucha gente ve el deporte como una vía de escape para sus problemas cotidianos y cuando su equipo gana no piensa ni en hipotecas, ni en paro, ni en la seguridad social, ni en nada de eso (quizá un error), únicamente en la alegría de su equipo siendo campeón, lo que ha significado una pequeña alegría para una ciudad que ha sufrido mucho en los últimos años.
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