
La compramos porque estaba en oferta y penamos que los críos la disfrutaría y así esta siendo. No obstante hay que aclarar que una piscina conlleva un montón de cuidados, limpiarla, controlar los filtros, mantener los niveles de cloro y ph aptos para consumo humano, etc … Ahora me acuerdo de mi Ángel y Julita que siempre tenían la piscina apunto de Navalcarnero para las invasiones familiares que sufrían un fin de semana si y otro también.
Animado por tener su propio piscina Ethan se está convirtiendo en todo un Michael Phelps, el otro día se pudo a nadar el solo sin prácticamente decirle nada. Lo hace al estilo perrito pero así empezamos todos, a renglón seguido le dije que si se atrevía a meter la cabeza dentro del agua (normalmente no le gustaba ni mojarse la cara en el baño) pero va el tío, se tapa la nariz y la boca, cierra los ojos y mete la cabeza debajo del agua. No sólo eso sino que el tío se crece y empieza a pedirme que cuente a ver cuanto aguanta. En fin que ahora nos echamos partidos de waterpolo en la piscina y no pasamos genial.
Sophia anda un poco más remisa con el agua aunque tiene sus ratitos en los que se engancha al churro y da unas patadas. Otros momentos los prefiere pasar agarrada con bastante fuerza a mi cuello y apoyando sus piernas en una tabla flotante. Los dos están deseando que vengan sus abuelos este verano para meterlos en la piscina y el trampolín, lo mismo mi padre no puede con el trampolín no vaya a ser que le casque la rodilla pero seguro que le puede enseñar a meter unos buenos pepinazos en la portería que tenemos. Y mamá tu traete el bañador porque la piscina no cubre y no te escapas sin darte un chapuzón.
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