
Desde que empecé a salir con Jamie diferentes personas me han hecho preguntas o comentarios sobre el patriotismo americano, las ha habido de todo tipo, de desprecio al héroe de película que se abraza a la bandera al morir mientras susurra palabras como libertad y tal, a la admiración cuando se compara con el tan traído orgullo nacional en España.
Los que me conocen saben que yo no soy mucho de banderas, himnos y toda esa parafernalia, intento ver las cosas que se hacen bien (y las que no) en mi comunidad, viva donde viva, a ésto contribuye tremendamente el salir de casa no sólo de viaje a un todo incluido en Santo Domingo, sino a vivir y lidiar con las necesidades cotidianas en otro país, lenguaje, cultura, etc
Os escribo sobre este tema ahora porque a tan solo unas horas de la final del mundial los sentimientos patrioteros se exacerban, es curioso que no pase con otras cosas, sólo con el deporte, y claro empiezan las comparaciones y algunos piensan en el amor que los estadounidenses sienten por su bandera y su país con una cierta envidia.
Para que podáis comprender el grado hasta el que se insiste en la sociedad americana con este tema y de dónde viene el que todo el mundo ande con la banderita a cuestas (no os digo nada de la semana pasada que celebramos el 4 de julio). Para muestra un botón (o dos):
En las escuelas de Estados Unidos al igual que en las españolas durante la dictadura, se jura lealtad a la bandera y la república que representa todos los días a primera hora de la mañana.
Si vas al festival de danza de tu hija, el primer acto sera con casi toda seguridad uno de apoyo a los soldados y la bandera.
En cualquier evento deportivo se interpreta el himno nacional cantado y
sentido.
El calendario laboral, parco en festividades (de puentes ni hablamos claro) incluye una apabullante mayoría de celebraciones patrióticas: el 4 de julio Día de la Independencia, el día del Veterano (no al brandy sino el soldado), el día del Presidente, Memorial Day.... En todas y cada una de estas fiestas se promueve el espíritu patrio, se rinden honores a la bandera y el ejército y se celebran diferentes ritos religiosos para orar por todo lo anterior.
Y yo os pregunto, ¿que os parecería vivir en un a sociedad dónde os meten por los ojos, oídos, nariz y boca (e incluso por otro sitio) tanta devoción a la bandera, el ejército y la patria? Seguro que si re-escribiera este post omitiendo las referencias explícitas a EE. UU. pensarías que el país aludido sería desde Corea del Norte hasta Venezuela o Cuba, curiosamente países todos ellos considerados como
naciones non-gratas por el gobierno estadounidense.
Mi reflexión es que lo del orgullo patrio y todo eso, no debe cegarnos en aspectos más importantes que afectan a nuestras vidas. No digo que este mal o que haya que menospreciar a aquellos que hacen apología de su nacionalismo, esta bien sentirse orgulloso de lo que se hace en tu comunidad o país, pero en mi opinión no hace falta ponerle etiquetas y banderas por doquier, las nacionalidades son algo circunstancial, banal y por naturaleza excluyente, y hacer de ellas una doctrina no mejora nuestras sociedades. Es importante contribuir a hacer la sociedad en la que vivimos mejor en todos los aspectos, social, económico, artístico, etc.. pero para ello no hace falta llevar una bandera tatuada en el cogote (verídico).