domingo, 30 de enero de 2011

El Graduado (¿degradado?)

Ayer Jamie y yo vimos El Graduado, la famosa película de Dustin Hoffman, vaya por delante que no soy muy fan de este actor en concreto y que el título nunca me ha seducido lo bastante como para haberla visto antes lo que me hace pensar que los augurios no podían ser peores.
La película comienza con cuarenta minutos en los que lo único que ocurre es que el joven Benjamín (Hoffman) se enrolla con una amiga de sus padres, pero no os penséis que hubo mucha conquista o ajetreo para llegar a ese punto, que va, lo que ocurre es que si la película fuera un paciente en urgencias, la alarma del pulso cardíaco habría saltado 100 veces, ¡qué lenta! ¡Qué diálogos tan insustanciales y predictivos, qué pedrada en la cabeza tiene Dustin!
Es que el señor Hoffman se dedica a hacer Rainman toda la peli, sabéis cómo determinados actores parece que siempre desempeñan el mismo papel sin importar la peli en la que participen. Por ejemplo, mi querido Bruce Willis va a ser un ex detective fumador, divorciado y listillo 9 de cada 10 veces; o el cienciólogo Cruise va a correr como un desesperado en más de la mitad de sus pelis en su afán de ser el abogado, piloto de caza, agente deportivo, piloto de carreras perfecto.
Volvamos al graduado Hoffman, quizá hace 40 años un veinteañero que se lo hace con una cuarentona resultaba un tema tabú o nunca antes contado en la gran pantalla pero es que la película no tiene nada más, ni siquiera existen escenas de alto contenido erótico que pudieran ser calificadas de polémicas o transgresoras. Algunos dirán “¿qué me dices de la banda sonora?” pues que quitando dos canciones el resto no hace más que hacer que te des de cabezazos contra la pared esperando que termine la peli.
La conclusión es que simplemente porque algo sea calificado de clásico no quiere decir que sea necesariamente bueno; el que una película sea en blanco y negro no la hace necesariamente una obra de arte, lo único que prueba es que fue filmada en una época dónde la tecnología era limitada pero al mismo tiempo éso no convertía a los guionistas en genios por definición.
Lo que ocurre es que el fenómeno del “clásico” se retroalimenta porque una vez que empiezan a ponerle esa etiqueta la gente lee el libro, ve la peli o escucha la canción independiente de la calidad y a más consumidores del producto más “clásico” se hace. Tomemos como ejemlpo nuestro venerado Quijote, ¿cuántas personas de las que lo han comprado lo han leído entero? ¿Cuánta gente se las da de culta porque citan un fragmento de la obra sin haberla leído de cabo a rabo? pero claro como es un clásico seguirá vendiéndose como churros aunque ni siquiera el 10% de los compradores sea capaz de terminárselo. Y ojo que no estoy dudando del valor literario del trabajo de Cervantes sino de la dudosa fiabilidad de la etiqueta “clásico.”
¿Sabíais que Charles Dickens cobraba por palabra escrita? No es lógico pensar que eso hacía que alargara sus historias más de lo necesario para poder tomarse una pinta más en el pub de la esquina. Entonces qué tipo de clásico es uno que sufre de gigantismo gramatical simplemente por el objetivo pecuniario de su autor. Una vez más, yo no he leído ninguna obra de Dickens y posiblemente el tío fuera capaz de conjugar el cobrar por volumen con el desarrollo de buenas obras literarias pero lo que quiero decir es que no nos rasguemos las vestiduras con los superventas de hoy, diciendo que no son nada en comparación con los clásicos, porque puede ser que dentro de 50 años el Código Da Vinci se pueda encontrar entre la C del Cantar del Mio Cid y la D de Don Juan Tenorio en la sección de.......Clásicos, por supuesto.

lunes, 24 de enero de 2011

Recado para Mr. Obama

Ethan nos explicó el otro día como bailar el aro y después dijo que quería que pusierámos el vídeo en Internet para que el presidente lo viera. Dicho y hecho.

sábado, 8 de enero de 2011

Sophia top model

Allá por los meses de octubre-noviembre Sophia participó en el rodaje fotográfico de una colección de ropa infantil. Aquí están las fotos de la previa y en este enlace podéis acceder al catálogo completo.

La cosa tuvo su sacrificio porque la ropa pertenece a la temporada primavera verano pero las fotos se hacen en otoño y aunque hacia sol pero no como para estar en bañador o manga corta, eso si a Sophia le encantó y hay que ver con que arte posaba luego cuando volvió a casa. ¡Ha nacido una estrella!


Sophia Top Model