domingo, 6 de febrero de 2011

Un poquito de futbol

Aunque ya sé que la audiencia de este blog no es muy futbolera no me resisto a hacer una reflexión. El otro día Pandiani (delantero del Osasuna) hizo ciertas valoraciones relativas a Cristiano Ronaldo y el Real Madrid y tengo que decir que dio totalmente en el clavo.

A pesar de que cuando uno se hace mayor se da cuenta que el deporte no es tan puro como se ve con los ojos de un niño, y que los deportistas no son superhéroes ni ídolos a los que imitar sino simplemente privilegiados que se gana la vida con un juego; a pesar de todo eso como padre me gustaría que por hasta que los niños se hagan mayores y se desengañen por si mismos, el deporte mantuviera esa imagen y transmitiera esos valores que todo progenitor desea para sus hijos: esfuerzo, sacrificio, perseverancia, búsqueda de la excelencia, trabajo, etc.

El Real Madrid con el que yo crecí representaba esos valores, un equipo que no solo jugaba mejor que nadie (y ganaba casi siempre) sino que además personificaba valores morales por encima de la media, integridad, respeto al rival, lucha hasta el final, etc... Hoy en día veo que mi equipo yo no representa nada de eso, su mayor estrella es un chulo y un macarra, el entrenador también, además de ser un borde de cuidado; el presidente es un ególatra, pagado de sí mismo que se cree por encima de lo divino y de lo humano y al que el espíritu del Madrid se la trae al fresco. Por el contrario el archi-rival del Real Madrid, el Barcelona he emprendido el camino opuesto, sus jugadores están comprometidos con su club, son humildes (al menos de puertas para afuera), buscan la excelencia en cada jugada, respetan al rival y no paran de ganar y asombrar al planeta futbol.

Además creo que le han comido el coco a los jugadores del Real Madrid, de la misma manera que estos se lo han hecho a los del Atlético (12 años sin ganar a los blancos), los jugadores merengues se derriten ante los del Barsa, y los blaugranas sacan el instinto asesino cuando ven a los vikingos delante y les arrollan con un torbellino de futbol y goles cada vez que se enfrentan.

Algo que me irrita particularmente es que el Madrid desprecia a los jugadores que desarrolla en su cantera y el equipo profesional está lleno de mercenarios con ningún apego al escudo que llevan en el pecho; sería importante recordarle a algunos que la plebe que sigue este deporte y a este equipo en concreto, la masa que mantiene esta industria del entretenimiento deportivo que es el futbol quiere ver al chaval de su barrio llegar hasta el Bernabéu y darse manotazos en el pecho para celebrar goles, que los jugadores se abracen como lo hacían cuando eran críos en el equipo infantil o ver fotos con la camiseta blanca cuando eran unos canijos apenas más grandes que el balón.

Como decía al principio seguramente las cosas ya eran así cuando yo era pequeño y el que he cambiado he sido yo y el futbol, pero ahora que veo a Ethan jugar y empezar a preguntar por un equipo, una camiseta o un jugador me daría vergüenza que copiara los gestos de CR7 o su compatriota Pepe (el que patea adversarios cuando están en el suelo), al menos aun nos queda el señor Raúl (como le llaman ahora en Alemania) que a este paso se ha terminado convirtiendo en el último mohicano de los madridistas.