Camuflados esperando a Santa Claus

Los domingos tradicionalmente en España son días de chandal y vermú. El típico español se levanta un poco más tarde lo normal y a mediodía sale ataviado con ropa de deporte a comprar la prensa, el pan y tomarse una caña. Luego a casa, comida, siesta y seguir el final de la jornada futbolera. Sé que muchos de vosotros no os identificaréis con esta rutina pero reconoceréis que en esta España de pandereta, los que siguen esta liturgia dominical son mayoría en comparación con los que van al Prado o a un recital de piano.

Pues bien puestos a comparar y buscar equivalentes entre mi añorado Madrid y Alabama creo que he encontrado el equivalente al chandal y éste no es otro que el traje de camuflaje. Esta mañana (domingo) en el desfile de Navidad de Saraland (al lado de Satsuma) había numerosas personas ataviadas con cazadoras, pantalones y jerseys de camuflaje. Por un momento pensé que los "minutemen" habían vuelto y que Paul Revere había encendido dos candiles y salido en veloz galopada a avisar de la llegada de las ordas británicas, pero no. Lo que ocurre es que ése es el traje dominical por antonomasía por estos lares, en descargo de mis convecinos es de justicia añadir que los trajes se compran para cazar (algo muy común por aquí) pero eso no les exime de usarlo en terreno urbano en el "día del señor."

Por lo demas destacar también que a veces el hecho de que se camine poco y se haga poco o ninguna vida en la calle, ofrece señales curiosas en eventos como el desfile de hoy. Con tal de no pasar un rato de pie esperando las cabalgatas, la gente se las ingenia para sentarse, y para ello se traen los aperos necesarios, silla de camping, butaca del coche, carrito del niño y hasta el butacón del salón. Ni el gentío, ni la espera eran para tanto pero es que acostumbrados a ir de la cama, al coche, a la silla de la oficina, al coche, al sillón de casa y a la cama, día tras día, el estar una o dos horas de pie se les presenta como un esfuerzo titánico e irrealizable; y de ahí que necesiten sentarse para aguantar el tirón.

Dado que el otro día ya vistéis las fotos de la cabalgata de Satsuma, hoy he preferido ilustrar el tema del día con algunas imágenes que sobra decir fueron tomadas con la más absoluta discrección.