viernes, 18 de diciembre de 2009

Una de sustos y rugidos

A mi hijo le gusta rugir, y no es que haga un rugidito aquí y allá, no, emplea bastante tiempo dedicación a ello. Además le gusta asustar con sus rugidos, por suspueso su hermana Sophia, que repite todo lo que hace "el nene," se lía a rugir también tan pronto oye a Ethan hacerlo.

La otra noche estábamos cenando y a la vuelta del baño, Ethan empezó una de sus serenatas de rugidos, después de la primera docena de brámidos le dije que ya no me asustaba mucho porque no me sorprendía, dado que no paraba de rugir. A continuación, le expliqué que parte del arte de asustar está en sorprender al sujeto pasivo cuando esta distraído. Fue entonces cuando él ni corto ni perezoso me pidió que la próxima vez que estuviera distraido le avisara, para a los dos minutos tas y otrpreguntarme, "Papa, ¿estás distraído ya?" Esas muchas cosillas son las que te hacen pasar buenos ratos con los niños, con sus conversaciones, sus observaciones o la manera en que se organizan para hacer sus cosas.

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