Futbolín

El otro día os comenté que fuimos a algunos yard sales, Jamie lo hace para encontrar chollos y yo para ver cosas insólitas y luego haceros reir un rato a costa de mis convecinos y sus bragas usadas.

Ente otras joyas, encontramos un futbolín muy barato (5 $), y a Ethan le encantó. Yo he de confesar que he perdido más minis de sidra de los que he ganado jugando al futbolín pero basta que me lo pidan niños para que nos echamos unas partidas juntos.

Los partidos con Ethan son la mar de curiosos. A él le gusta colocar los jugadores en una distribución como de tela de araña y dejarlos quietos para evitar que tu marques, entonces cuando tiene la oportunidad te mete gol y luego continúa con su plan. Lo que se llama como catanaccio vulgarmente.

Otra cosa que le gusta es que yo radie los partidos. Lo hacemos también cuando jugamos al waterpolo en la piscina y la verdad es que yo recuerdo jugar a las chapas en mi habitación e incluso grabar la retransmisión; ni que decir tiene que a mi me encanta que me lo pida y trato de hacerle reir con mis dichos y apodos, lo que os da la pista de que mi estilo es más Andrés Montes que Pedro Barthe.