Quién no recuerda esa épica película con James Belushi (no confundir con John Belushi que era uno de los Blues Brothers y está muerto) en el papel de un tío que empieza a currar de profesor en un cole de barrio marginal tomado por las bandas y los traficantes de crak. Os mentiría si os dijera que el instituto en el que trabajamos se parece al de la peli pero lo que si os diré es que el grado de pasotismo y de falta de respeto de los alumnos hacia los profesores y sus propios compañeros es alarmante. En los pocos días en los que he acompañado a los estudiantes que estoy ayudando por sus clases, he visto a chicos dormirse en el aula, desafiar al profesor con chulería cuando este les llama la atención y pasar de hacer nada de la manera más descarada del mundo.
Es difícil saber que hacer pero si observo una falta de interés por parte de los padres y una desconfianza hacia el profesor, que se traduce en la falta de autoridad de éstos para hacerse respetar por el alumnado. Los chavales son mentirosos y aún así los padres prefieren cuestionar la capacidad del maestro para hacer su trabajo que meter a sus hijos en vereda. Los alumnos huelen esta debilidad y la aprovechan para hacer lo que más les gusta, nada, vaguear y echarle la culpa al profe que explica mal, no tiene ni idea o me tiene manía. Desde aquí un consejo a los padres, si entre todos no apoyamos más a los profesores, la enseñanza terminará siendo una herramienta inútil en la educación de personas para nuestra sociedad. Los niños necesitan aprender una serie de valores y entre ellos el respeto, la educación y una buena ética de trabajo y esfuerzo son los más importantes, no los desechemos por considerarlos caducos y obsoletos, respetar a los demás nunca pasa de modo y trabajar duro por lo que uno quiere tampoco.
Pero los padres no son los únicos que deben recibir un toque de atención, era el presidente Obama quien en un discurso dedicado a los alumnos de instituto que comenzaban el curso 2009-2010 les decía que a pesar de todos los medios puestos a su disposición (materiales y humanos)) por parte de sus padres y del sistema educativo. Al final era su capacidad de trabajo y sacrificio a la hora de estudiar lo que marcaba la diferencia en su crecimiento educativo, y que aunque culpar al sistema o a otros sea muy fácil, los primeros responsables son los propios alumnos porque está en su mano el trabajar lo suficiente para sacar sus estudios adelante.
Por último he de decir que he visto malos hábitos adquiridos por parte de los profesores, costumbres nacidas del desengaño constante, la falta de aprecio por el trabajo bien hecho y el poco impacto de su trabajo diario en el alumno. Todo esto hace que a veces los profesores se contagien del pasotismo de los alumnos y del apoyo mal entendido de los padres y acaben ofreciendo enseñanza de baja calidad.
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2 comentarios:
Mal panorama... James Beltsy, al final lo arregla a hostias pero nuestro problema no se puede solucionar así.
Nuestros padres nos dieron la educación con la certeza de que era lo mejor que nos podían dar ya que la mayoría de ellos no pudieron completar o incluso acceder a los estudios y querían que nosotros "tuviéramos lo que ellos no habían tenido" ellos respetaban a los maestros por lo que podían aportar a sus hijos y nos transmitían ese respeto. Aquí en España, incluso en los tiempos de “la letra con sangre entra” a ningún alumno se le ocurría ir a decir a sus padres que Don Eugenio le había dado un capón por no saberse la tabla del nueve pues lo más normal es que papá te diera otros nueve capones por “borrico” Ellos nos dieron “lo que no habían tenido” y nosotros hemos pretendido lo mismo, pero solo desde un punto de vista materialista.
Quizás, (y esta reflexión no es mía, sino de D. Pandereta) el problema es que les hemos dado a nuestros hijos todo lo que a nosotros no nos dieron y se nos ha olvidado darles lo que si tuvimos: RESPETO.
Buena reflexión, está también claro que la violencia no es el camino o por lo menos yo no lo creo pero desde luego algo falla y como todo estos días es a nivel global.
Lo triste es que incluso uno de estos niños a los que trato de ayudar y que provienen de familias humildes, tiene play station y esto y lo otro. Como puede ser que un crío que tiene 14 años y no sabe hacer la o con un canuto (ni en inglés ni en español) disponga de todos esos "lujos."
Lo que más me fastidia como profesor es que no aprecian ni mi esfuerzo (eso va en sueldo), ni el del instituto al contratarme (para ayudar a dos alumnos que tiene tela), pero tampoco el de sus padres que han venido de paises más pobres a ganarse la vida aquí para poder darles un mejor futuro. Es triste que con lo que sus padres están haciendo por ellos, no correspondan con un mínimo de respeto, responsabilidad y trabajo...
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