El calor está en la mente

Winston Churcill dijo: “si tu comida se mantiene refrigerada en la encimera de la cocina, quiere decir que el termostato del aire acondicionado esta demasiado bajo”. En realidad a Churchill no se le recuerda ningún comentario a este respecto pero pensé que el incluir su nombre atraería vuestra atención.

Esta mañana Jamie tuvo que ir a trabajar a su cole a poner las zonas verdes en orden. Pero atención al dato, ha sido una llamada “voluntaria” de esas que tu jefe espero que aceptes con una sonrisa. La cita era a las 8 de la mañana y la gente ha aparecido por allí a las ….¡6!. En que cabeza cabe que en tu día libre acudas a una jornada voluntaria ¿dos horas antes de que empiece? Pero nos hemos vuelto todos locos o qué.

La explicación de este fenómeno, además de en el gen del trabajo de los americanos que sufre un claro caso de gigantismo, radica en la relación temperatura (32ºC)/humedad (70%!!) que soportamos aquí, que convierte cualquier actividad física en una de riesgo coronario una vez superadas las 10 de la mañana. Ante tal disyuntiva, Jamie y sus colegas entraron a debatir los detalles de la política del aire acondicionado en cada casa, y descubrimos que los Sanz Poole no es que sean de otro país, sino que pertenecemos a otro planeta.

Durante el día nosotros mantenemos el termostato en unos razonables 85-80ºF (29-26º C) nuestros conciudadanos lo sitúan en 70ºF (21ºC) pero es que por la noche las diferencias se disparan. Nosotros solemos apagarlo o ponerlo en 90ºF (32ºC) mientras que el resto del país lo sitúa en 64ºF (17ºC). La cuestión es que si evitas la entrada directa del sol y llevas un pantalón corto en lugar de un plumífero y una bufanda, la temperatura es agradable, es más si te sientas donde te alcance el ventilador del techo incluso te apetece ponerte una camiseta. Ahora mismo con el termostato en 80ºF (26ºC) la temperatura en la mayor parte de la casa es de 74ºF (23ºC) que está muy bien.

En fin, visto lo visto, Al Gore no es que tenga que hacer un documental para llamar la atención sobre el consumo de energía y el cambio climático, es que debería quemarse a lo bonzo en el intermedio de la Super Bowl para ver así consigue despertar la conciencia ecológica de los espectadores.

No obstante aviso a todos nuestros amigos que cuando vengan a visitarnos y en honor de un arraigado sentido de la hospitalidad, le pondremos a los niños una chaqueta y Jamie y yo nos pondremos manga larga para recibirles con vaho saliendo de nuestros labios.